Pese a que ir de tiendas dista mucho de ser una de mis pasiones, hay que reconocer que los mercados de Londres tienen su encanto. La gente vende lo que tiene a mano en una suerte de mercadillo, mientras que los letreros de las tiendas son bastante originales. Durante uno de los días pasee por uno de los más interesantes, Candem Town:
Los letreros de la parte más cercana al metro son muy exagerados y llaman la atención nada más pasear por su calle principal 
Una de las que más me gusta es ‘Cyberdog’, una suerte de escaparate ultafuturista y supersubrayado en el que Alaska y cualquiera de los pseudomodernos de Malasaña y aledaños parecen del siglo XVI (óbviese el detalle de mi cara de imbécil en la fotografía)
Dentro -donde, por cierto, está prohibido hacer fotos- un mundo de fluorescentes y plexiglás da la bienvenida a los pastilleros de barriada de todo Londres y parte de Bristol
¿Qué abuela no se pondría contenta al ver a su nieto vestido igual que una bolsa de croquetas congeladas?
Éste mercado es para mí el más curioso, pero la ciudad ofrece muchos más. Para el fin de semana, pega más el de Brick Lane, y luego hay más, pero se me han olvidado sus nombres. Eso sí, amigos, os voy a dar un consejo si pasáis por alguno: si véis a la mujer de esta imagen, escapad rápido; es Lara y os puede obligar a ver el mismo bolso en distintas tiendas durante varias horas. Dios nos pille confesados.
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